La estatua del Pibe Valderrama un sitio par visitar en Santa Marta

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A la entrada del Estadio Eduardo Santos ha quedado inmortalizada la estampa del orgullo de los colombianos; aquel que acariciaba “la pecosa” mientras su dorada melena no sufría ni un quebranto, ese peculiar genio que va desde una amplia sonrisa hasta la seriedad rotunda. Allí, bajo el dorado baño caribeño, se erige la estatua de “El Pibe”.

Para los que aún están fuera de lugar les contamos: en Santa Marta, en el humilde pero alegre barrio de Pescaito, abrió los ojos un prodigio de la pelota, ese mismo que no necesitaba alzar mucho la cabeza para poner un “pasegol” milimétrico cuando le viniera en gana; ese mismo que era considerado el mejor jugador de América y que llevó a la Selección Colombia a codearse con lo más granado del fútbol mundial; ese mismo que le dio el empuje y prestigio a la MLS (Major League Soccer) para que luego llegaran una horda de grandes jugadores a militar en los equipos norteamericanos, Robbie Keane, Thierry Henry, David Beckham, Juan Pablo Ángel, Rafa Márquez, etc., por solo mencionar algunos

Y lo anterior es poco. Pero no nos queda espacio para revelar todas sus hazañas, sin embargo, nos contentamos con afirmar que “El Pibe” Valderrama es una figura de grandes quilates dentro de la historia futbolística colombiana. Aunque si no sabes mucho del balompié te convidamos a reflexionar sobre esto: lo que es Michael Jordan para el Baloncesto, Ayrton Senna para el automovilismo, Federer para el tenis o Ali para el box, lo es “El Pibe” para la historia del fútbol colombiano ¿pueden ellos presumir de tener una estatua en su honor?, nuestro Pibe sí. ¿Ya estás en la jugada? «Eche, no joda» diría Carlos “El Pibe” Valderrama si tu respuesta fuera un no de despistado.

Desde el 2002 esta gigantesca escultura de bronce, de 6 metros de altura y más de ocho mil kilos de peso, a cargo del maestro Amílcar Ariza, tiene cautivados a extranjeros y samarios por igual. Y es que la estatua tiene un gran encanto, se nota que el artista se exigió a fondo, “metió la ficha” ―como se dice en el argot futbolero―, y eso se percibe en los ricos detalles de la obra: una melena con miles de filamentos de bronce que bien asemejan la real, una pose deportiva con cierto donaire de campeón y un espléndido atuendo que hasta arrugas describe. Será entonces que por esos mismos detalles la obra tuvo un costo de unos 130 mil dólares americanos. Y aquí te va otra cifra sorprendente: se estima que cada año cerca de 100.000 personas posan para la foto junto a este gigante del deporte, eso sí, con previo ajuste de una “mona” en su cabeza…, una peluca, para mayores señas, similar a la generosa melena del homenajeado.

#ondasdelcaribe