El fútbol colombiano se ha visto nuevamente empañado por actos de violencia en el Estadio Sierra Nevada de Santa Marta. En el partido entre Unión Magdalena y Boyacá Chicó, a falta de dos minutos para el final, un grupo de barristas del equipo local invadió la cancha y atacó a los jugadores visitantes. Las imágenes del incidente, difundidas en redes sociales, muestran momentos de caos en el terreno de juego, con futbolistas intentando resguardarse de los agresores. El árbitro del encuentro se vio obligado a suspender el partido ante la gravedad de los hechos.
Este suceso se suma a una serie de incidentes violentos en el estadio Sierra Nevada. En enero de 2025, el bus de la delegación de Millonarios fue atacado a su llegada al estadio, resultando heridos el portero Iván Arboleda y el delegado Óscar Cortés. La Dimayor condenó enérgicamente estos actos y reprogramó el partido debido a la falta de garantías para el equipo visitante.
Las autoridades locales y la Dimayor han expresado su rechazo hacia estos actos violentos y han anunciado la apertura de investigaciones para identificar a los responsables. No se descartan sanciones severas para el club Unión Magdalena, que podría enfrentar medidas disciplinarias, incluyendo la pérdida de puntos o la suspensión de partidos como local. Este lamentable suceso reabre el debate sobre la seguridad en los estadios colombianos y la necesidad de un control más estricto sobre las barras bravas, cuya violencia sigue afectando el espectáculo y poniendo en riesgo a jugadores y aficionados.
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