Así es, Egidio Cuadrado deja un legado invaluable en el vallenato y en la música colombiana. Su acordeón fue clave en la transformación del género, y su colaboración con Carlos Vives, especialmente en proyectos como Clásicos de la Provincia, llevó el vallenato a niveles internacionales.
Aunque sonó la caja, la guachara y el acordeón con algunas de las canciones más representativas de La Provincia, entre los clásicos del vallenato y sus propias canciones, el dolor y la tristeza era total en el último adiós al acordeonero Egidio Cuadrado.
En las instalaciones de Jardines del Recuerdo a las afueras del norte de Bogotá, este martes, amigos, familiares y colegas se dieron cita para cumplirle la promesa a uno de los más destacados hijos de Villanueva, La Guajira, quién en tierra de grandes acordeoneros, fue uno de los mejores.
Buena parte de los integrantes de La Provincia, comenzando por su máximo líder, Carlos Vives, se hicieron presentes, entre ellos, Eber Polo, su guacharaquero, así como Carlos Iván Medina, Maité Montero, quien se despidió de Egidio interpretando su famosa gaita, junto al ‘Papa’ Pastor, con quien venía trabajando en una producción discográfica que estaba a punto de culminar.
Por momentos, Carlos Vives, quien lideró este homenaje y despedida, no podía seguir cantando ante el sentimiento de profunda tristeza por la partida de su compadre, con quien hace de más tres décadas atrás, luego de múltiples intentos por incursionar con fuerza en la música, saltó al vacío con su fusión de vallenato tradicional con ritmos más contemporáneos como el rock y pop, que en sus inicios fue aceptado por los roqueros y criticado por los puristas del folclor vallenato.
“El año pasado sufrimos la pérdida de Teto Ocampo y ahora de Egidio Cuadrado. Eran dos claves en la construcción de la propuesta de La Provincia, Teto con su guitarra eléctrica aprendió de la música de raíz, mientras que Egidio Cuadrado, Rey Vallenato, se volvió roquero con su acordeón”, comentó Carlos Vives.
“Solo existe un Egidio Cuadrado y ya está en el cielo, junto a su hermano y de parranda”, afirmó Maité Montero visiblemente triste por esta partida, recordando que hace un poco más de un año también sufrieron la partida de ‘Teto’ Ocampo, otro de los fundadores de La Provincia a inicios de la década de los noventa.
Su partida es una gran pérdida para la música, pero su legado seguirá vivo en cada nota de acordeón que suene en las parrandas y en los corazones de sus seguidores. Seguro que en el cielo seguirá tocando con la misma pasión.
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