Russell Crowe compartió una anécdota bastante sorprendente y aterradora sobre cómo fue engañado para filmar una escena peligrosa en la que tenía que poner una tarántula en su boca. Según el actor, durante el rodaje de una película (no especificada en las fuentes disponibles), le dijeron que la tarántula que debía sostener con la boca estaba sedada y no representaba ningún peligro.
Sin embargo, Crowe descubrió más tarde que la tarántula no estaba sedada en absoluto, lo que convirtió la experiencia en una situación mucho más peligrosa de lo que inicialmente le habían hecho creer. A pesar del riesgo, Crowe cumplió con la escena, demostrando su profesionalismo y compromiso con su trabajo, aunque admitió que fue un momento extremadamente incómodo y aterrador.
Este tipo de situaciones pone de relieve los desafíos que los actores a veces enfrentan durante el rodaje de escenas peligrosas, y cómo, en ocasiones, la realidad puede ser muy diferente de lo que se les informa inicialmente.
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